Como habrás leído en alguno de mis perfiles, mi enfoque de trabajo integra la perspectiva de género y el análisis interseccional. Pero, ¿a qué me refiero con estos términos?
Comienzo explicando brevemente el significado del término “género”:
Género y sexo no son lo mismo. Sexo se refiere a las diferencias biológicas que determinan si una persona es hembra o macho, es decir, está determinado por la naturaleza (es universal y fijo). Por su parte, el género es una construcción social, histórica y cultural acerca de lo que es ser hombre o mujer en un determinado contexto histórico (es contextual y dinámico). El género NO es algo con lo que se nace, sino son roles, estereotipos, conductas, atributos, características y tareas que la sociedad asigna a cada persona de acuerdo a su sexo biológico. Marta Lamas (1996) lo define de la siguiente manera:
“el género es la construcción cultural de la diferencia sexual (…) se refiere a las relaciones desiguales de poder entre las mujeres y los hombres y el impacto que esta desigualdad ejerce sobre la vida de las personas."
Ser conscientes de esta diferencia me permite identificar las distintas formas de desigualdad existente entre mujeres y hombres en los diversos ámbitos (doméstico, escolar, laboral, público, político, social, etc.), y las implicaciones en la vida, autoestima, identidad y salud mental de mujeres, hombres y personas no binarias. Esta construcción desigual del género da lugar a discriminación, desigualdad de oportunidades, división sexual del trabajo, violencia de género, entre otros fenómenos (Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, 2010).
Asimismo, existen otras categorías sociales indispensables para conocer y comprender las distintas realidades de las personas, como son la orientación sexual, identidad de género, raza, clase social, religión, nacionalidad, discapacidad, escolaridad, edad, etc. Este enfoque se conoce como Interseccionalidad y plantea que la realidad e identidad de cada persona se construye mediante la interacción de dichas categorías, dando lugar a distintos tipos de privilegios, opresiones, discriminaciones y/o violencias (hooks, 2004). Por lo tanto, considero que trabajar bajo el enfoque de Interseccionalidad es necesario para llevar a cabo procesos terapéuticos más respetuosos, inclusivos y completos.
La Perspectiva de Género y la Interseccionalidad son los enfoques mediante los cuales busco comprender y enmarcar las realidades de mis clientes, tomando en cuenta los factores sociales y el contexto histórico-cultural y sus implicaciones en la formación de conflictos, problemas y alteraciones en la salud mental de las personas, y no basarme únicamente en su experiencia e historia individual.
Vivir en un entorno multicultural demanda medidas de inclusión y respeto hacia las distintas diversidades sexuales, de género, étnicas, culturales, ideológicas, religiosas, entre otras. El reconocimiento y celebración de dichas diversidades nos enriquece como individuos y nos impulsa a evolucionar como sociedad.
Referencias:
Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (2010) Guía para la Incorporación de la Perspectiva de Género en Programas de Salud. México: Secretaría de Salud.
hooks, b. (2004). Mujeres negras. Dar forma a la teoría feminista. En Traficantes de Sueños (Ed.) Otras inapropiables. Feminismos desde las fronteras. (pp. 33-51). Madrid, España: Traficantes de Sueños
Lamas, M. (1996) Introducción. En M. Lamas (Ed.) El Género, la construcción cultural de la diferencia sexual. (pp. 12-20). México: PUEGUNAM.